miércoles, 7 de agosto de 2013

Jamas te rindas

La vida nos ha enseñado que antes de actuar debemos meditar bien nuestras acciones y no actuar a la ligera, porque si nos dejamos llevar sin más, nos encontraremos con una derrota.
Cuando no actuamos con inteligencia, nos comportamos como personas débiles y con baja autoestima. Y por culpa de ello, nuestras inseguridades saldrían a la luz, haciendo que 
nuestra vida sea peor de lo que pudiera ser… ¿Te ha pasado?
Aunque hayas actuado de forma insensata a lo largo de tu vida, tú puedes cambiar tu situación. Puedes revertir gran parte de las consecuencias que ahora estás viviendo:
Primeramente, debes sacar fuerzas de la nada, llenarte de cosas positivas y dejar a un lado tu inseguridad…
Procura decir “yo puedo”, “yo debo”, “yo soy” para así intentar olvidarte de todas aquellas flaquezas que te acaban llevando a la derrota.
Tú tienes en tu interior un “algo” que te motiva cada día a ser mejor, que te hace levantar de las peores caídas y te hace ser fuerte. Pero tienes que hurgar en tu interior y buscar tu otro yo, sumergirte en el fondo de tu ser y salir adelante.  Tienes que emerger y entregarte a lo que sientes y a lo que deseas.
Que tus metas te impulsen hacia arriba.
No importa si tienes que nadar en contra de la corriente, porque finalmente lo que importa es tu deseo de ser mejor cada día.
Lo que importa es el querer cumplir con cada meta prometida y deseada… ¡Lo que importa es que tus sueños se hagan realidad No te limites, no te escondas ante lo que quieres, porque sólo tú eres capaz de emprender las tareas que te impongas y sólo tú eres capaz de cumplirlas…  porque son tus sueños, porque son tus realidades, porque es tu vida y es tu futuro.
Por eso recuerda: ¡No te rindas! ¡No decaigas!
Que cada acción sea motivada por tus sueños y cada meta lograda sea considerada el final de lo que has planeado y el principio de otra nueva acción…

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