lunes, 5 de agosto de 2013

Ya no aguanto mas



En las relaciones de pareja, muchas veces aparece una pregunta recurrente:“¿Hasta cuándo aguantar?” 
Como un enigma que se repite cotidianamente y que no encuentra solución, las parejas se van haciendo eco de ella:“¿Hasta cuándo? ¿Hasta mañana? ¿Hasta dentro de tres o cuatro días? ¿Hasta que los niños crezcan? ¿Hasta que la muerte nos separe? ¿Hasta que ya no soporte más?…”
Aguantar es un verbo (una acción). Es una ejecución que nos hace estar en la trinchera, a sabiendas de que en cualquier momento puede explotar una bomba.
Cuando comenzamos una relación de pareja, no pensamos que el día de mañana vamos a considerar “molesto o desagradable” a nuestro compañero (aun cuando la vecina, la tía, y la propia amiga nos hablan de que deben “soportar a sus esposos”).
Crees que tu caso es diferente a la de los demás, pero al final te das cuenta de la realidad. ¿Qué ha sucedido con todo ese amor soñado y prometido?

Y entonces intentas sustentar algo que está por ceder, caer, resbalar…  porque piensas que “ya cambiará”. Pero el tiempo demuestra que sucede lo contrario: que los vicios se incrementan, que la desolación invade la cama, la desesperanza desayuna con ustedes y la soledad espía desde la otra ventana…
Entonces, ¿hasta cuándo aguantar? Hasta nunca. La relación de pareja no es un espacio para reprimir o contener, no es un “ring” para resistir el contra-ataque.
La eternidad del amor es la eternidad fugaz de la vida. No te aferres a que las cosas duren más de lo previsto. Hasta un perfume tiene caducidad y no te lo pondrías si huele agrio o a alcohol.  Lo mismo ocurre en las relaciones.  No continúes en ellas si amargan tu alma.


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